El espíritu navideño en un rinconcito de nuestro Distrito

“NUESTRA NAVIDAD.

Para contar la historia de cómo nuestro padre se aficionó por la decoración de Navidad, tenemos que remontarnos a nuestra niñez.En nuestra familia hemos sido siempre de celebrar las Navidades, con abuelas, tíos, primos, hermanos y algunos que otros agregados, la casa era pequeña pero ese día se hacía grande. Con el tiempo nuestra gran familia se fue haciendo cada vez más pequeña, nos fuimos yendo de casa para ir formando la nuestra. Pero aquí empieza todo de nuevo. Nuestras pequeñas familias nos seguimos reuniendo, volviendo a crear la gran familia que ahora somos...!! Retomemos cómo empezó la costumbre de nuestro padre por decorar su casa por estas fechas.  Al principio sólo poníamos el árbol de Navidad, unas cuantas tiras de espumillón por los cuadros y cómo no, un precioso Belén. Este Belén lo hacíamos con unas maderas, botellas de cristal de varias alturas y unos sacos de arpillera que cubrían este armazón. Cuando todo estaba cubierto por el saco, se iban formando unas montañas con escayola liquida, una vez seca la escayola se pintaba y quedaban unas montañas perfectas. Serrín, tierra, musgo, alpiste, etc., eran el complemento perfecto para un bonito paisaje Navideño. Con mucho cuidado y esmero íbamos colocando las figuras y así, poco a poco nuestro Belén iba tomando forma, hasta que el día 24 de diciembre a las 24h colocábamos al niño Jesús, ahora sí que no faltaba nada...!!! Con el tiempo, nuestro padre fue complicando un poco más la decoración y empezamos a hacer verdaderas obras de arte. Primero en el techo de casa, no os podéis ni imaginar las cosas que se le ocurrían, cada año eran más complejas y originales. Sobre una hoja de cuadritos hacía unos dibujos de estrellas de varias formas y tamaños, consiguió hacer la estrella de Belén, incluso se atrevió con un árbol de Navidad con sus bolas y luces. Esos mismos dibujos se plasmaban en el techo de forma totalmente simétrica. ¿Cómo hacíamos esto ...??  muy fácil...!!!  cuadriculando el techo con cuerdas, se hacían los dibujos con tiras de espumillón y después se cortaban las cuerdas. Todo quedaba igual que el dibujo original que nuestro padre diseñaba en su hoja de cuadritos. Con el paso de los años, la decoración Navideña del interior pasó a la fachada principal, al exterior de nuestra casa, “la casa de los abuelos”. Un poquito de espumillón, unas cuantas luces y un nuevo árbol de Navidad para la terraza, y así todos los años, pero cada vez un poco más y un poco más y un poco más ......  hasta convertirse en la decoración navideña más bonita de la calle, la más bonita del barrio…!!!  ¿¿Sabéis una cosa ...?? Nuestro padre, “el abuelo”, como todos le decimos, este 4 de enero cumplirá 85 años. Está un poco fastidiado con la artrosis, como él dice y con los achaques típicos de la edad, pero con la misma ILUSIÓN de siempre. Este año ha necesitado de más ayuda, pero ahí estaba Carlos, el mayor de sus nietos, y su hijo Antonio, que han sido sus pies y sus manos, porque las ideas siguen siendo suyas. Aunque esta será una extraña Navidad, y no podamos coincidir todos, ¡¡¡para nuestra “gran familia” seguirá siendo la Navidad de la ILUSIÓN...!!! 

Seis hermanos.”